domingo, 19 de diciembre de 2010

Las Manos

Entre él y sus manos quedó la porción de mundo que podía soportar. "Ese espacio no te alcanza para nada"- Escuchó murmurar desde uno de los bolsillos. La vocecita lo apuraba a poner caras, a decir pavadas, a meterse en problemas. Mientras las palmas mostraban marcas que no recordaba, líneas de una vejez sin experiencia, cayos de quemaduras por quemar. La pequeña voz era irritante, pedigüeña, y chillona. Por más que intentara ignorarla internándose en su ensimismamiento, no lograba evadirse de ella. Metió una de sus manos en el bolsillo al tiempo que con la otra continuaba tapando su propia visión. Revolvió el bolsillo y sintió una mordedura que se afirmó a la mano para salir del pantalón. La cosa en cuestión fue expelida en un movimiento involuntario y torpe. Quedó en el suelo la causante pidiendo por más. Transformada en un artículo de extrañeza, su pipa saboreaba una breve gota de sangre con fachas de insecto voraz.

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